Llega un bravo con el médico del pueblo, y le dice:
-¡Gran Jefe haberse comido búfalo entero! ¡Gran Jefe no caca!
-Se comprende, se comprende -dice el médico-. Prepara una purga suave, y
se la da al bravo. Éste sube a su caballo y parte con ella.
Por la tarde, el bravo está de regreso:
-¡Gran Jefe, no caca! -le dice al doctor-.
-El caso es serio, entonces -dice el doctor-. Prepara la purga más
fuerte que tiene a la mano, se la da al bravo, y este se va.
A media noche, el bravo despierta al doctor:
-¡Gran Jefe, no caca!
El doctor, desesperado y medio dormido, va a visitar al veterinario, su
vecino. Regresa con una purga para caballos -doble- y se la da al bravo.
Éste se va.
Al otro día, el doctor ve en el pueblo al bravo, y le pregunta:
-¿Qué pasó? ¿Todo bien?
Y el bravo responde:
-¡ Gran Jefe Caca No haber muerto deshidratado, pero antes mierda
cubrir montañas.
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miércoles, 2 de julio de 2008
jueves, 29 de mayo de 2008
EL RETRETE Y LA INFLACION
Visitar el retrete es inflacionista
Gustavo A. MUÑOZ
20 de diciembre de 2007. Solbes es un genio de la economía, aunque en ocasiones se le olviden las cosas. Cuando era comisario europeo de la cosa, el hombre no nos advirtió, que yo recuerde, del efecto, bastante superior al de las propinas por un café, que tendría en la subida de precios esa tendencia al redondeo por arriba que el Banco Central Europeo negó con tanta persistencia como la tuvo su director en reconocerlo cuando se jubiló, es decir, cuando ya no servía para nada. No él, sino decirlo.
La teoría de Solbes -expresada en el asunto de las propinas- de que el consumo, hasta hace unos días considerado ahorro, ejerce una presión maléfica sobre el incremento de los precios, es real, y sólo hay que visitar el lavabo de nuestras propias casas con el recibo municipal del agua en la mano.
Cada vez que usted tira de la cadena paga las siguientes cosas: el agua depurada, la depuración de aguas residuales, el mantenimiento del alcantarillado, la amortización del sanitario, la electricidad del motor de bombeo del agua, el papel higiénico y el disgusto-bronca de su señora por perpetuarse en el cuarto de baño.
Cuando más se utiliza el retrete más se presiona la inflación y más se agrede al medio ambiente, con lo cual cabe concluir que para el bienestar de España, la moderación de la inflación y tranquilidad de los ecologistas conviene que todos estemos estreñidos.
He dicho, a inspiración de Solbes.
Gustavo A. MUÑOZ
20 de diciembre de 2007. Solbes es un genio de la economía, aunque en ocasiones se le olviden las cosas. Cuando era comisario europeo de la cosa, el hombre no nos advirtió, que yo recuerde, del efecto, bastante superior al de las propinas por un café, que tendría en la subida de precios esa tendencia al redondeo por arriba que el Banco Central Europeo negó con tanta persistencia como la tuvo su director en reconocerlo cuando se jubiló, es decir, cuando ya no servía para nada. No él, sino decirlo.
La teoría de Solbes -expresada en el asunto de las propinas- de que el consumo, hasta hace unos días considerado ahorro, ejerce una presión maléfica sobre el incremento de los precios, es real, y sólo hay que visitar el lavabo de nuestras propias casas con el recibo municipal del agua en la mano.
Cada vez que usted tira de la cadena paga las siguientes cosas: el agua depurada, la depuración de aguas residuales, el mantenimiento del alcantarillado, la amortización del sanitario, la electricidad del motor de bombeo del agua, el papel higiénico y el disgusto-bronca de su señora por perpetuarse en el cuarto de baño.
Cuando más se utiliza el retrete más se presiona la inflación y más se agrede al medio ambiente, con lo cual cabe concluir que para el bienestar de España, la moderación de la inflación y tranquilidad de los ecologistas conviene que todos estemos estreñidos.
He dicho, a inspiración de Solbes.
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